Un espaldarazo. Eso significó para Uruguay el IV Foro de Inversión Europea realizado ayer 24/10/2022 en el que diversos representantes del viejo continente, empezando por el alto representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Josep Borrell en persona, no dejaron de reconocer las bondades de este país para la inversión extranjera y la disposición a seguir desembolsando acá, incluso con más fuerza.
Quedó claro que ambas partes -tanto la UE como Uruguay- están en la misma página, sobre todo en la visión de desarrollar energías renovables, en un entorno internacional complicado.
Uruguay quiere dar un salto cualitativo en su economía con una segunda transición energética vinculada al hidrógeno verde, y Europa está haciendo todo lo posible para independizarse del gas de Rusia. Estos objetivos son complementarios y al decir de Borrell, puede haber un “win-win”, es decir, un ganar-ganar.
La UE representa el 40% de la inversión extrajera directa en Uruguay (es su mayor inversor extranjero) con US$ 27.650 millones; también es uno de sus principales socios comerciales, y hay más de 500 empresas europeas instaladas en este país.
Todo indica que la concreción del -tan esperado como demorado- acuerdo de asociación UE-Mercosur, aumentará los niveles de inversión, incluyendo en el frente de las tecnologías de hidrógeno verde y otras energías alternativas.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Borrell, tenía en mente desde el comienzo de su discurso que el acuerdo Mercosur-UE es muy importante para Uruguay y así lo manifestó.
Venía de una reunión con el presidente Lacalle Pou en la Torre Ejecutiva, en la que trató este tema y luego, en el foro, reconoció que “la pelota está en nuestra cancha”. Anunció así que la UE presentará un “instrumento adicional sobre los aspectos medioambientales” que le preocupan al bloque, con miras a que se “allane el camino para el acuerdo”.
“Espero que (el planteo de esos elementos adicionales) sea antes de fin de año”, agregó.
Borrell comentó que hasta hace poco tiempo el 40% de la importación de gas a Europa provenía de Rusia y que ahora se ha logrado bajar la dependencia a menos de la mitad. Pero esa autonomía requiere “cooperación”, “alianzas”, “regular nuevos mercados”, “conectar infraestructuras”, “ser más resilientes con los estándares”, agregó, en alusión a los lazos con América Latina y Uruguay.
Lo cierto es que la UE es un aliado estratégico de Uruguay, lo quiere seguir siendo y está dispuesta a invertir y apoyar más a este país en tres frentes: revolución digital, cambio climático y cohesión social, según indicó el diplomático.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, reconoció el rol histórico de las inversiones europeas en Uruguay, en el área agroindustrial, forestal, tecnológica, servicios financieros y demás. Pero también se jugó con una aclaración: “Los malos guarismos del Mercosur en materia ambiental no son los de Uruguay”.
Entre los aspectos que destacó, mencionó la emisión de Uruguay (hecha el pasado 20 de octubre) de un bono indexado a indicadores de cambio climático por US$ 1.500 millones.
Fuente: El País