El país logró una transformación de su matriz energética y sigue dando pasos firmes hacia una mayor utilización de energías limpias.
Favorecido por su ubicación geográfica para la generación de energía solar, eólica e hidráulica, Uruguay transcurre un proceso de inversión en energías renovables que se convirtió en una prioridad con respaldo institucional. Actualmente destina un aproximado de 3% de su Producto Interno Bruto (PIB) a infraestructuras energéticas, lo cual lo posiciona según el informe de Renewables Global Status Report elaborado por REN21 en el quinto lugar del mundo en lo que refiere a inversión en engerías limpias.
Además, de acuerdo con el índice global elaborado por el Foro Económico Mundial y la consultora Accenture en 2021, Uruguay fue por segunda vez el mejor posicionado de Latinoamérica en este aspecto.
La inversión en energías renovables se convirtió en una prioridad nacional que se materializa en el aumento exponencial de la producción eléctrica a través de fuentes limpias. Este cambio del sector energético se inició con un modelo público-privado, en el cual el sector público se encargó de coordinar y administrar las aportaciones nacionales e internacionales y el ámbito privado fue la fuente de inversión, modelo que alabó la Agencia Internacional de las Energías Renovables.
El país se encuentra comprometido con esta causa desde su participación a fines de 2019 en la cumbre anual de la Convención Macro de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. A partir de aquí logró combinar sus recursos naturales, legislación orientada hacia el futuro e inversiones para alcanzar una transformación energética que le permite producir más del 97% de su energía a partir de fuentes renovables.
Fuente: URUGUAYXXI
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