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Los polifosfatos como anti incrustantes de la cal

Estos económicos sistemas son muy utilizados por su efectividad y su bajo coste. Es muy importante que para su uso en agua potable, los polifosfatos sean de uso alimentario. Aun siendo de uso alimentario se recomienda purificar con ósmosis inversa. Está recomendación está motivada por la imposibilidad de dosificar correctamente, cuando se utiliza por medio de filtros.

Cómo funcionan

Este sistema contra la cal se basa en añadir al agua polifosfatos, que evitan las incrustaciones en el interior de tuberías y aparatos. Básicamente se compone de una carcasa portafiltros, que en su interior lleva alojado un cartucho que contiene polifosfatos. Con el paso del agua por su interior se diluyen, evitando que la cal pueda incrustarse.

El uso más frecuente

Como protección de las instalaciones y los electrodomésticos como lavadoras, lavavajillas, calderas, y termos. También como tratamiento previo o posterior a la descalcificación. Evita el taponamiento de los goteros en los sistemas de riego por goteo, evitando los frecuentes atascos.

Modelos más usuales

Principalmente se pueden encontrar en tres modelos distintos.

Uno para uso general en toda la instalación en cartuchos de 10 pulgadas. Dos más pequeños, que se pueden adaptar directamente a la entrada de lavadoras y lavavajillas o a termos y calderas.

Cuando se observe una importante reducción de la cantidad de polifosfatos, en el interior de los filtros se procederá a rellenarlos o cambiar el cartucho.

Por su bajo coste siempre merece la pena instalarlos, evitando costosas averías en los electrodomésticos. Con su uso evitamos varios de los inconvenientes que se derivan de la cal, y del uso de los descalcificadores a los que complementa.

Para qué se usan

Retiran del agua la cal y el magnesio. Al bajar el contenido en cal los detergentes actúan correctamente. Mejorando el lavado de la ropa, la limpieza, y aseo diario. También en algunos casos colaboran como un pretratamiento a la ósmosis.

Que necesito para utilizar un descalcificador

En caso de aguas muy duras los descalcificadores son realmente grandes, necesitando un buen espacio para su instalación. Lo necesario para poder utilizar un descalcificador será; una toma eléctrica para alimentar la válvula y su programador, acceso a la entrada de agua general para realizar la derivación, y un desagüe para tirar el agua y la salmuera de regeneración.

El mayor problema de los descalcificadores

Como cambia el calcio por el sodio, hace que el agua sea insalubre por el exceso de sodio. Recordemos que es más perjudicial el sodio que el calcio o magnesio.  Estos sistemas elevan la conductividad del agua, al añadir más sodio. Por lo anterior, no se recomienda consumir el agua descalcificada, si no ha pasado por un sistema de ósmosis inversa.

Como funciona un descalcificador

Estos sistemas basan su funcionamiento en las resinas intercambiadoras de iones. En el anterior enlace podéis conocer su principio de funcionamiento.

Estas resinas están en dentro de un depósito, por cuyo interior se hace circular el agua. A su paso por la resina el agua deja la cal y el magnesio, y coge el sodio que desprende la resina. Esta resina una vez se satura por la cal hay que regenerarla, haciendo pasar salmuera por ella. Con ello la resina suelta cal y magnesio y absorbe el sodio de la salmuera. El proceso de regeneración está automatizado lavando y aclarando el sistema, para dejar las resinas listas y libres de sal.

Todo el sistema es controlado por el cabezal/válvula, que una vez programada mide la cantidad de litros de agua que pasan por el interior del descalcificador. Con la medida del consumo, los litros de resina y la dureza del agua, realiza el cálculo de cuando se saturan las resinas iniciando un ciclo de regeneración.

Qué consume un descalcificador

Un descalcificador consume agua y sal en cada regeneración. La cantidad consumida depende de cada equipo. Los más modernos a contracorriente, consumen una media de 100 gr de sal por cada litro de resina a regenerar. El consumo de agua por regeneración en el caso de un equipo de unos 30 litros de resina,  está alrededor de 175 litros. Este agua consumida para los lavados y la salmuera, por su alto contenido en sal debe ser vertida a un desagüe.

El consumo de corriente eléctrica es mínimo, menos de un amperio (unos 200w), y solo en el momento que actúa el motor de la válvula. Cuando el equipo se encuentra en reposo consume menos de 100 miliamperios.

Cuantas veces se hace la regeneración de la resina

Que un descalcificador realice una regeneración depende de tres factores; el principal es la dureza del agua: A más dureza más regeneraciones. Otro importante son los litros de resina del descalcificador: Mayor cantidad de resinas, mayor tiempo para que se saturen. Por último la cantidad de agua que se consuma: A mayor consumo, antes saturamos las resinas.

Por lo anterior podemos decir, que cada caso e instalación es único, por el factor variable del consumo de agua. A parte del contenido en cal, y litros de resina del equipo.

De cuantos litros de resina debe ser mi descalcificador

Todo depende de dos factores; la dureza del agua de entrada, y el consumo de agua en la vivienda. Teniendo en cuenta lo anterior, lo primero  será conocer la dureza total del agua que utilicemos. En el anterior enlace puedes ver cómo conocer este parámetro.

El consumo de agua en el hogar se calcula aproximadamente adjudicando un consumo de 100 litros por persona y día. Para no quedarnos cortos en los cálculos, siempre aumentaremos en un 20% esta cantidad, pasando a 120 Litros/día.

Que son las resinas descalcificadoras

Estas resinas descalcificadoras también son llamadas resinas intercambiadoras de iones, por el medio que utilizan para atrapar las sustancias. Tienen el aspecto de micro bolas plásticas (resina) y en su uso más cotidiano, son las utilizadas para retener la cal en los sistemas descalcificadores.

El intercambio iónico

Este término tan técnico de por sí, es la facultad que tienen estas resinas de atrapar determinadas sustancias con cargas positivas o negativas (resinas cationicas y resinas anionicas), e intercambiarlas por otras. En el fondo nos vienen a decir que una vez cargadas de una determinada sustancia, (sodio en el caso que no ocupa) son capaces de liberarla al cambiar por otro determinado ion de la misma carga (calcio). Se ha intercambiado el ion sodio por el ion calcio del agua. Produciéndose un ablandamiento (disminución de la dureza) de la misma, al disminuir el contenido en calcio y magnesio.

Todo este proceso es reversible. Cuando las resinas se han cargado de un determinado ion, cal en este ejemplo. Solo basta hacer circular por la resina agua saturada cargada del otro ion (sodio), para  que de nuevo cambien su carga. Con eso se consigue su regeneración y que vuelva a empezar su proceso.

Resinas cationicas o anionicas

En el agua podemos encontrar sustancias que tienen los dos tipos de carga. Siendo los principales de carga negativa o aniones: Los cloruros, bicarbonatos, carbonatos, nitratos, sulfatos y silicios. Los cationes generalmente presentes: Calcio, Sodio, Potasio, magnesio, Manganeso y hierro.

De acuerdo con los elementos que deseemos retirar del agua, podemos utilizar unas resinas, otras, las dos por separado, o una mezcla de las dos. Utilizadas en sistemas de tratamiento doble, catión y anión, son capaces de desmineralizar el agua en un muy alto grado.

El uso habitual

La aplicación más usual para la descalcificación, está adjudicada a las resinas cationicas. Son las encargadas de retirar las partes de Calcio y Magnesio, que son las que dan la dureza al agua. Están en el interior de todas las descalcificadoras del mercado.

Como dijimos en el capítulo anterior dependiendo del grado de desmineralización que queramos obtener, se puede utilizar un tren de los dos tipos de resinas o un complejo sistema con una mezcla de las dos. Estos equipos de elevada sofisticación y precio, normalmente no entran dentro del ámbito de uso doméstico.