España alcanzará este año el 50% de generación renovable, según Red Eléctrica

En 2022, la cuota de electricidad verde sobre el total se quedó en el 42%, lastrada por el impacto de la sequía sobre la hidráulica.

La revolución renovable en la que está inmersa Europa, y de la que la península Ibérica es punta de lanza, vivirá un nuevo hito en 2023. El 50% de la electricidad que se generará este año en España será de origen renovable, según la previsión desvelada este jueves por la presidenta de Red Eléctrica (REE), Beatriz Corredor, en la presentación de su informe anual del sistema. Más generación verde no solo es sinónimo de menores emisiones y residuos, sino también de precios a la baja: cuanto mayor es la cuota del agua, del sol y del viento sobre la matriz de generación, menor es también la cotización del megavatio hora (MWh) en el mercado mayorista de la luz.

De cumplirse el pronóstico de REE, 2023 sería el primer año de toda la serie histórica en el que se alcanzaría ese umbral.

El 60% de potencia instalada ya es renovable
Al 31 de diciembre de 2022, la potencia instalada de renovables se acercaba al 60% del total, la segunda mayor de toda la UE tras Alemania. La discrepancia entre esa cifra y la de generación responde, en cambio, al menor número de horas en que están disponibles, por ausencia de sol, de viento o —en menor medida—de agua. En el caso específico de la fotovoltaica, sin embargo, España es uno de los países de la UE en los que estas plantas están volcando más tiempo energía a la red a lo largo del año. Una gran ventaja competitiva que están llevando a muchos gigantes europeos del sector a poner sus ojos en la Península a la hora de instalar paneles.

El año pasado, las renovables sumaron 5,9 gigavatios (GW) de nueva potencia instalada: 1,4 de eólica y, sobre todo, 4,5 de fotovoltaica. Los aerogeneradores ya suponen uno de cada cuatro gigavatios de potencia instalada en España, y las instalaciones solares superaron a los saltos de agua y fueron ya la tercera mayor fuente de energía eléctrica.

En 2022, la demanda de electricidad se contrajo un 3,3%, ya corregida por calendario y temperatura. Las mayores temperaturas de lo habitual registradas tanto en verano como en invierno hicieron que el pico de consumo se produjese en época estival —el pasado 14 de julio, entre las dos y las tres de la tarde—, algo que no ocurría desde 2016.

Fuente: El País