Los pros y los contras y dónde es obligatorio su uso

Teniendo en cuenta que la filosofía de la purificación del agua, pasa por retirar cualquier sustancia nociva que pudiera llevar, en esta nota les describiremos los distintos sistemas utilizables para la desinfección del agua con el uso del cloro.

Estos compuestos los podemos retirar con un sistema purificador en el punto de consumo de la casa, como lo es la cocina.

Los sistemas de desinfección por cloración serán simplemente detallados para dar una idea de su funcionamiento. En el caso de querer utilizar los sistemas más complejos, es necesaria la instalación, con un técnico en el tema.

El ph y el cloro

La efectividad del cloro como desinfectante, está directamente relacionada con el ph del agua a tratar. Cuanto mayor es el ph del agua, mayor es el tiempo que necesita el cloro para destruir los organismos a eliminar. Por lo anterior, en numerosa ocasiones la adicción de cloro, debe ir unida al ajuste del ph en el agua. Esto hace que se encarezcan en gran medida los sistemas de cloración. El ph del agua a clorar debe permanecer en el entorno de 7, ya que es en este nivel de ph, cuando la forma activa del cloro alcanza un nivel óptimo para la desinfección.

Dónde es obligatorio el uso de la cloración

Su uso se hace obligatorio en aquellas instalaciones destinadas a uso público, y en la industria alimentaria.

También se aconseja su uso en instalaciones particulares en las que exista acumulación de agua caliente o grandes depósitos, donde el agua permanezca allí durante mucho tiempo. En este último caso también se pueden utilizar los esterilizadores por ultravioletas, en la fase previa a el almacenamiento en el depósito, y en el momento de introducirla en el circuito de consumo (se aconseja en las dos).

La cloración salina

Este sistema es aplicado principalmente en la cloración de las piscinas. En el ámbito del uso doméstico para agua potable, y por el momento tiene pocos sistemas diseñados para eso.

Los cloradores salinos se basan en la electrolisis para descomponer la sal, separando el cloro que forma parte del cloruro sódico. Por lo anterior se deduce que el sistema, hace uso de la sal y la electricidad para su funcionamiento.

En un principio, el empleo de este tipo de cloradores tiene muchas ventajas, y pocos inconvenientes.

Son económicos de mantener y consumen poca sal y electricidad, su precio es elevado pero no excesivo, la instalación es sencilla, y son seguros en cuanto a la posible sobredosificación del cloro. Todo lo anterior los hace muy recomendables en la potabilización de agua en el ámbito doméstico.