Estudios señalan que, si bien el agua no tiene una fecha de vencimiento establecida en su ambiente natural, al ser envasada en botellas de plástico, no se recomienda consumirla si la misma posee más de año de haber sido embotellada.
El por qué es muy sencillo: el plástico, con el paso del tiempo y la incidencia de los cambios de temperatura y almacenamiento a los que es expuesto, va liberando determinado tipos de sustancias químicas y, con el paso de los años, entra en proceso de descomposición, alterando en primera instancia el sabor y olor de la misma. Por eso se recomienda tomarla antes del año de haber sido envasada en botellas plásticas, y dos años si la botella es de vidrio.
¿Qué pasa con el agua gasificada?
En este caso el proceso de descomposición es aún más agresivo, llegando a vencerse en tan sólo 6 meses cuando la botella es de plástico, y el doble cuando es envasada en vidrio, y una vez abierta, no es recomendable tomarla si pasaron más de 15 días.
Por este motivo es que, cada vez más, se recomienda el uso de purificadores de agua ya que nos permite estar tranquilos de que nuestra familia está consumiendo un agua de alta calidad y libre de impurezas.
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